La revolución de la independencia y el Dr. Francia
El modelo económico instaurado por Francia permitió la
sobrevivencia y el fortalecimiento de la independencia de la república.
Por Alberto Alderete.
Fuentes doctrinarias de la revolución
Sin embargo, hay un consenso dentro de las diversidades interpretativas que en lo político e ideológico, las principales fuentes de inspiración, fueron las ideas de la revolución francesa de 1789 y de uno de sus principales doctrinarios, Juan Jacobo Rousseau y en parte, la revolución de independencia norteamericana. La inspiración rousseauniana se puede reconocer claramente, entre otros documentos, ya en la nota del 20 de julio de 1811 dirigida a la Junta Gubernativa de Buenos Aires. La tesis de la nota del 20 de julio, es que, deshecha la representación del Rey de España, se ha producido la reversión de la representación en el soberano que es el pueblo, que a la vez expresa la voluntad general, y esa reversión permitió que el mismo recobrara su libertad natural de pactar, que tendrá como resultado la entidad socio política, que será la república del Paraguay.
La Dictadura creada por el Congreso General de 1814, y que la ejerció el Dr. Francia, es una forma de gobierno a la que hace referencia Rousseau en el Capítulo VI del Contrato Social, cuando dice que “En casos de gravísimo peligro…cuando así lo exija la salud de la patria… en estos casos raros y manifiestos, se provee a la seguridad pública por un acto particular que entrega el cargo en manos del más digno. Más si el peligro es tal que el aparato de las leyes constituye un obstáculo para dominarlo (al peligro), entonces se nombra a un jefe supremo que haga callar las leyes y suspenda temporalmente la autoridad soberana. En este caso semejante, la voluntad general no puede ponerse en duda, porque es evidente que la primera intención del pueblo es la de que el Estado no perezca”.
Las contradicciones con las ideas de Rousseau
Sin embargo, seguidamente Rousseau agrega que, “cualquiera que sea la manera como se confiera esta importante comisión (la dictadura o el consulado), conviene fijar su duración con un tiempo muy corto e improrrogable”. Era el tiempo de seis meses o “Interregnum”, como se denominaba a la Dictadura en la Roma republicana. Es aquí que la Dictadura perpetua, contradice la doctrina de Rousseau. Y Francia adapta dicha doctrina a las condiciones políticas del momento. La Dictadura era concebida por Francia como un instrumento para salvar a la patria del peligro de la reinstalación de la corona española, de la pretensión de Buenos Aires y de los portugueses. Este peligro venía tanto desde afuera como desde adentro del país, pues existían en el país grupos y sectores porteñistas que no comulgaban con la política de independencia real.
Alta legitimación de la voluntad general
La voluntad general o soberanía popular de la que habla Rousseau, estaba plenamente expresada en el Congreso de 1813, de la que participaron 1.100 delegados, que creó la República y el Consulado; en el Congreso de1814 con igual número de delegados que eligió un Dictador Supremo de la República, y en el de 1816 con 250 delegados que eligió al Dictador Perpetuo de la República. La elección de estos diputados se hizo en elecciones populares y libres, y votaron “todos los hombres, casados o solteros mayores de 23 años, sin distinción de calificaciones en cuanto a bienes o alfabetización”. En el Río de la Plata el voto sólo estaba permitido a los hombres que tenían propiedad e instrucción. La “voluntad general” enunciada por Rousseau tendría una alta legitimación si se considera que cada 160 personas ha elegido libremente a un delegado que expresará su voluntad en los Congresos de 1813 y 1814, estimando que el Paraguay tenía 190 mil habitantes aproximadamente en esa época.
La economía de dependencia
Al producirse la revolución de 1811, el Paraguay formaba parte del Virreinato del Río de la Plata, y su economía formaba parte de una cadena de dependencia metrópolis-satélite. La yerba mate tenía que pagar dos impuestos intermediarios de aduana, los provinciales y la alcabala. Con el tabaco pasaba igual. Los productores paraguayos de tabaco eran expoliados por el estanco del tabaco, que debían enviar sus productos a Santa Fe; de aquí a Buenos Aires, de donde se distribuía a Tucumán, Potosí, Chile, Lima y Quito. En cada punto de la ruta tenía que pagar un impuesto. En 1798, el gobernador Lázaro de Rivera informaba al Rey que, de una población de casi 100.000 habitantes, “más de 50.000 almas viven en una indigencia total, sufriendo con paciencia los efectos terribles de la desnudez, de la miseria y de la opresión”.
Producida la independencia de Buenos Aires de España, la altanera ex capital del virreinato quería ocupar el lugar que España tenía con sus provincias. Cuando los revolucionarios paraguayos declararon la independencia del Paraguay y crearon la república, comenzaron los hostigamientos y conspiraciones contra el gobierno paraguayo, así como los bloqueos portuarios a los productos paraguayos, que tenían como objetivo asfixiar al Paraguay para someterlo y anexarlo, pues la economía paraguaya se basaba en la exportación casi exclusiva de la yerba y el tabaco. Para 1816, el bloqueo al comercio y los asaltos de federales y unitarios, aniquilaron el comercio del país y las exportaciones se desplomaron. El comercio era la sangre vital de las élites del país, y la política de no sometimiento del Paraguay a Buenos Aires, causaba la ruina de las mismas
Las conspiraciones para derribar al gobierno
Hubo varias conspiraciones para derribar al gobierno, y la última fue la gran conspiración de 1820. Todo se descubrió cuando Juan Bogarín, miembro de uno de los grupos que preparó la conspiración, siendo una persona muy devota y no pudiendo soportar el peso de su conciencia, se confesó al Fray Anastacio Gutiérrez relatándole de todo el complot de asesinato, quien, como penitencia, le sugirió que revelara la conspiración al Dr. Francia, como efectivamente lo hizo. Las reuniones se hacían en la casa del Dr. Marcos Baldovinos, y el plan consistía en asesinar al Dr. Francia, el viernes santo, durante su caminata habitual de la tarde. Luego de la purga, Fulgencio Yegros tenía que asumir el gobierno; Pedro Juan Caballero y el Capitán Miguel Montiel debían hacerse cargo del ejército, apoyados por otros oficiales. Al descubrir la conspiración, el Dr. Francia envió a prisión a los complotados y confiscó sus propiedades. Pero el 3 de julio de 1821, una patrulla fronteriza paraguaya capturó a un emisario del caudillo argentino Francisco Ramírez, quien portaba una carta de éste dirigida por Ramón de Cáceres, segundo de Ramírez, a Pedro Juan Caballero, dándole instrucciones a éste para que informara a Fulgencio Yegros que en la brevedad vendría la ayuda. Se refería a una invasión que haría el ejército de Ramírez al Paraguay en apoyo a los conspiradores paraguayos. Dos semanas después de la interceptación de la carta, fueron fusilados Fulgencio Yegros, el Dr. Baldovinos, el capitán Miguel Montiel y el Dr. Juan Aristegui, y Pedro Juan Caballero se suicidó en la cárcel. Luego 20 complotados más fueron fusilados.
Despotismo y arbitrariedades
El gobierno de Francia fue sin duda despótico. Ha cometido muchos excesos y arbitrariedades como algunas confiscaciones de bienes, apresamientos y confesiones obtenidas bajo torturas que aunque legales en ese tiempo, no eran confiables para dictar una condena. Muchos condenados como santafesinos, cordobeses y otros que recuperaron su libertad luego de la muerte del dictador, no sabían porqué estaban presos. Por eso la herencia del Dr. Francia hay que aceptar en su forma pura y simple, que es cuando los herederos asumen la responsabilidad de todas las deudas del fallecido y reciben todos los créditos o bienes activos. De la suma y la resta de lo hecho y dejado por el Dr. Francia, es indudable que los activos superan ampliamente a las deudas: Ha contribuido para dejar una república independiente en lo político y económico, una población libre de miserias, de analfabetismo, y un país rico y potente.
Francia propugnaba el libre comercio de ultramar
Desde la revolución de mayo, el gobierno paraguayo representado por el Dr. Francia, soñó con el desarrollo de un comercio paraguayo de ultramar; reclamaba la libertad del río de la plata y de sus tributarios, el Paraná, el Uruguay y el Paraguay, como vías internacionales, libre de impuestos intermediarios. Era partidario de una política librecambista, lógica en una clase que producía para el mercado mundial. El gobierno paraguayo quiso abrir un comercio directo con Inglaterra en 1814 y Buenos Aires lo estorbó. Lo intentó de nuevo en 1825 y Buenos Aires lo estorbó otra vez. Así lo confirma Jhon Parish Roberton, comerciante y escritor inglés que vivió en Paraguay entre 1811 y 1815 y luego fue a Buenos Aires. El mismo confiesa que Francia le dijo lo que repite en su obra: “Antes que Buenos Aires hiciese su tratado con Inglaterra en 1825, el doctor Francia invitó a Sir Woodbine Parish , a celebrar un tratado, por el que pudiese Paraguay entrar en comercio libre con Gran Bretaña. El ministro inglés rehusó tratar con Paraguay, sin duda porque Buenos Aires lo exigió como condición de su propio tratado”.
No era el Paraguay el que se cerraba al comercio mundial, al libre cambio y a las relaciones internacionales. Francia no buscó nunca el aislamiento, sino que se lo impusieron. Era Buenos Aires que se lo impedía y que a la vez lo hacía ante Inglaterra.
La modificación del modelo económico
Esta situación, más la consideración de que la independencia política de la república, no iba aguantar ni afianzarse si se mantenía el sistema económico de dependencia del país, obligó a Francia a emprender una labor ciclópea: crear y desarrollar un modelo económico que librara al Paraguay de la dependencia económica, como condición para la sobrevivencia de la independencia política. Fracasada la política librecambista, el aislamiento impuesto al Paraguay obligó al país a levantar una economía defensiva, basada en el monopolio estatal del principal instrumento de producción, la tierra, y de la comercialización de los productos fundamentales de exportación, lo que le permitió capitalizarse aceleradamente. Emprendió una radical reforma de la propiedad de la tierra, anulando las concesiones reales de tierras, confiscando las tierras de la corona y de españoles, las estancias que habían sido de los jesuitas, otras tierras de la iglesia y de monasterios y fraternidades. En 1826, el estado era propietario de la totalidad de las Misiones y del Chaco, y la mitad de la región oriental del país. Las tierras estatales fueron redistribuidas a los agricultores y el remanente convertidas en Estancias de la Patria, de la que se costeaban los gastos de defensa y los del ejército. Se emprendió una lucha frontal contra el mono cultivo de exportación, diversificando la producción agrícola y ganadera, con lo que autoabasteció a la población. Fue creado un particular sistema impositivo de características progresivas, gravando a las clases más pudientes, estableciendo impuestos más altos a los ciudadanos con ingresos elevados y a la vez reduciendo al mínimo a los de escasos recursos. El comercio exterior no se cerró totalmente pues se abrió una válvula de escape de incesante comercio por Itapúa y Pilar con el exterior. La miseria y la desnudez desaparecieron y todos los habitantes trabajaban.
La educación y la iglesia
Para 1825, la educación primaria pública y gratuita se hizo obligatoria y en 1834 el estado estableció el sueldo a 140 maestros, encargados de los 5. 000 alumnos de todo el territorio. A la muerte de Francia casi todos los habitantes sabían leer y escribir. Sin embargo se suprimió la educación secundaria. El Obispo Pedro García Panés, exigió al gobierno la posición del “Patronato Real”, por el cual la iglesia paraguaya estaba sometida sólo a su propia jerarquía y en última instancia, sólo a la autoridad real española. Este potestad molestó a Francia, y pocos meses después de descubrirse la gran conspiración de 1820 y ante la insistencia del Obispo Panés, el gobierno prohibió la injerencia de autoridades religiosas del exterior en las comunidades religiosas, dejando a las comunidades religiosas paraguayas “libres y absueltas de toda obediencia y enteramente independiente de la autoridad de los Provinciales, Capítulos y Visitadores Generales de otros Estados, Provincias o Gobiernos”, y exigió al clero a prestar juramento de lealtad; abolió el “Fuero Eclesiástico”, poniendo al clero bajo la jurisdicción civil y asumiendo el control financiero del clero, pagándole sus salarios.
Los restos del Dr. Francia deben estar en el Panteón Nacional de los Héroes
Los restos del Dr. Francia no están en el Panteón Nacional de los Héroes porque según algunos, han desaparecido. El acto de sepelio de los restos del Dr. Francia se realizó el 22 de Setiembre, y fueron depositados en un mausoleo, al lado del evangelio, cerca de la mesa del altar mayor de la iglesia de la Encarnación, donde hoy se encuentra la Plaza de los Comuneros, sito frente a la sede de la actual Cámara de Diputados, sobre la calle Juan E. O´leary y Av. República. La versión que dice que los restos han desaparecido, señala que los mismos fueron mandados sacar por la familia de Juan José Machaín y arrojados al río, en venganza por la condena a muerte de éste. Sin embargo, la versión más creíble y lógica es la dada por Manuel Pedro de la Peña, preso durante la dictadura y liberado en 1841, y confirmada por el médico francés Alfred Demersay: una columna de granito que señalaba la tumba fue derribada, y con ella se suprimió el signo visible de la tumba.
Hay una alta probabilidad que los restos del Dr. Francia estén en ese lugar, por lo que el gobierno o el Congreso Nacional, por ley deben conformar una Comisión Nacional encargada de investigar, buscar y ubicar dichos restos, para que si la encuentran, sean depositadas en el Panteón Nacional de los Héroes, donde debe estar. Expertos y especialistas de dicha comisión podrían hacer una reconstrucción digital de la iglesia y la ubicación de la mesa del altar mayor, lo que puede permitir la ubicación casi exacta del lugar del mausoleo. Ningún gobierno, desde su muerte, se ha ocupado del mismo, lo que constituye una gran injusticia e ingratitud a quien fue parte fundamental de la existencia de nuestra patria.
Conclusión
La revolución de Mayo tuvo como principal fuente ideológica y política a la revolución francesa y a Juan Jacobo Ruosseau, aunque con muchas contradicciones. El modelo económico permitió la sobrevivencia y el fortalecimiento de la independencia de la república. El 20 de setiembre de 1840, domingo, a la una y media de la tarde, se apagó la vida del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia a causa de la gota. Había mandado llamar a sus hijas Ubalda García y María Roque Cañete, quienes le acompañaron en sus postreros momentos, pues era soltero, no tuvo esposa ni pareja alguna, salvo amoríos de juventud. Una multitud se congrega al rato alrededor de la casa de gobierno y la gente de pueblo llora preguntándose si era posible que hubiese muerto el Caraí Guasú. No había acumulado riqueza porque su vida fue ejemplo de honestidad. Su quinta de Ybyray (Trinidad) dejó a sus hijas citadas. Sus sueldos no cobrados de 36.564 pesos fuertes con dos reales, fueron repartidos a los soldados como era su voluntad, 400 pesos usados para el funeral y 400 pesos además de sus ropas, un baúl y cuatro cajas dejó a su única hermana sobreviviente, Petrona Regalada Francia. Ningún pueblo o villa llevó su nombre porque no lo permitió. No aceptó nunca regalo alguno pues lo consideraba un adulo. En vida, fue el Caraí Guasú para el pueblo, y luego, para la gente de la campaña fue “El finado”. Varios años después, los campesinos se ponían de pié y se descubrían al mencionarlo. Cometió muchos excesos y arbitrariedades, es cierto, pero si hoy los paraguayos conmemoramos la revolución del 14 y 15 de mayo y orgullosos llevamos prendido en el pecho la escarapela tricolor, es porque tenemos una patria, y se la debemos al Dr. Francia, con sus luces y sus sombras, así como a los patriotas de la revolución y al pueblo paraguayo que lo respaldó.
Fuente: http://ea.com.py/v2/el-baldio/la-revolucion-de-la-independencia-y-el-dr-francia/
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