Melquiades Alonso: “En educación no se puede trabajar con criterio empresarial”
En este diálogo con Melquiades Alonso, el pedagogo analiza los distintos puntos del conflicto en torno a la huelga docente. El educador destaca, por una parte, la justeza de los reclamos docentes pero, por otro, señala las consecuencias que tiene la suspensión de un servicio público fundamental como el que brinda la escuela, que además de cumplir una función educativa para los sectores más carenciados representa también el alimento diario.
Alonso apunta también a la
responsabilidad de las autoridades políticas y, al ser consultado sobre
cómo afectó el manejo prebendario de los rubros docentes de parte de los
sucesivos gobiernos, expresó que efectivamente los docentes quedaron
encadenados a los políticos, que a base de padrinazgo partidario
llenaron las instituciones educativas de personas poco preparadas para
ejercer la función. A esto añadió que con la precariedad y pobreza que
padecen muchos niños el docente tampoco puede realizar su tarea con
éxito.
Asimismo, el experto en educación
critica los sistemas de evaluación individuales que se llevan a cabo, ya
que considera que es la escuela como un todo la que debe ser puesta en
observación bajo criterios distintos a los del patrón que examina a sus
empleados. “En educación no se puede trabajar con criterio empresarial”,
observa.
–¿Cómo ve la situación actual suscitada luego de la huelga docente?
–Hay muchas aristas que hay que
considerar. Por una parte la huelga en su dimensión de búsqueda de una
reivindicación muy importante, que es mejorar las condiciones de
jubilación. Al mismo tiempo hay otra dimensión, que tiene que ver con la
dirigencia de la Federación de Educadores del Paraguay (FEP).
Otra de las aristas es la duración de la
huelga y las medidas para paliar las consecuencias de la huelga. La
huelga puede ser duradera pero hay que cuidar ciertos aspectos. Hay que
considerar qué es hoy la escuela –qué es lo que los padres sintieron
como necesidad en estos tiempos de huelga– no solamente la educación, no
solamente lo académico. También ellos sintieron la necesidad de la
nutrición. Esa merienda, ese complemento nutricional es también un
componente que hoy la escuela está teniendo.
Otro componente es que los padres no
tienen dónde dejar a sus hijos. Hace 20 años la mamá estaba en la casa y
no había problema con que hubiera o no hubiera clase. Hoy en realidad
la escuela asume muchos más papeles que la función pedagógica. También
es un espacio protegido para los niños y de complemento en la nutrición
de los niños, especialmente en los sectores más carentes.
–¿Cómo se debió afrontar la situación?
–Está la necesidad de diálogo para
tratar de encontrar soluciones a los planteamientos. Se prolongó porque
no se trabajó adecuadamente ya cuando estaba (Horacio) Galeano Perrone,
que prolongó las vacaciones una semana más. Eso el Ministerio de
Educación no debe ser. Lo que se tenía que haber hecho es tratar de
encontrar una solución también con el Parlamento. Porque este problema
no es con el Ministerio, las consecuencias tienen que ver con el
Ministerio. Pero el problema tiene que ver con el Parlamento porque es
allí donde se está trabajando el tema de las comisiones de jubilación.
Está el hecho de buscar medidas
compensatorias para suplir el tiempo que se perdió. Hasta la década del
50 en Paraguay había clases los sábados. ¿Por qué no podríamos pensar en
compensar con ese día adicional si es que se llega a un acuerdo?
–¿Cuáles son algunas de las consecuencias que deja el episodio?
–Están las consecuencias para las
familias de los docentes. Es decir, 18.000 educadores van a dejar de
percibir su salario. Eso también va a afectar al sistema financiero. El
docente es uno de los trabajadores más endeudados. Ese dinero que deja
de percibir no es que deja de percibir para cubrir los gastos que va a
tener más adelante. Es para cubrir su tarjeta de crédito, parte de la
deuda que tiene.
Además, una cosa es la huelga en el
sector privado, otra cosa es una huelga en el sector público cuando se
trata de algo que tiene que ver con un servicio fundamental. En el
sector privado con una huelga el que se ve afectado es el empresario
empleador. En el sector público no es el Ministerio empleador el que se
ve afectado, el empleador es la sociedad entera, por lo menos el sector
de la sociedad que recurre al servicio público.
Otra cosa medio absurda es que quienes
apoyan al Ministerio en el descuento son, por ejemplo, el Centro de
Regulación, Normas y Estudios de la Comunicación (Cerneco), la Cámara
de Anunciantes del Paraguay (CAP), Juntos por la Educación, Federación
de Asociaciones de Padres de Alumnos de Instituciones Educativas del
Paraguay (Fedapar), que son exactamente los que no tienen sus hijos en
el sector público. La Federación Nacional de Asociaciones de Padres de
la Escuela Pública del Paraguay (Fedapy) no está apoyando el descuento.
–¿Qué cabe hacer entonces a partir de ahora?
–Creo que ahora tenemos que reflexionar
en cómo compensar los efectos de la huelga. La huelga necesita una
profunda convicción de la gente que participa y un buen trabajo con los
propios padres para ser aceptados. No hay que usar como una simple
medida de presión en un momento dado. Vamos a tener dentro de poco
cuando se empiece a estudiar nuevamente en el Parlamento el presupuesto
del año que viene. No solamente está el tema de jubilación. Está el tema
de lo que desde el sector público se está debiendo a los docentes como
beneficios que no se les está pagando a lo largo de años.
No es una cosa sencilla. La gente quiere
que uno diga: condeno a los docentes o estoy con el Ministerio. Esto
tiene matices. Todos tenemos que reflexionar, y los propios docentes,
sobre el modo como tomar las medidas en un futuro. Tenemos que ser
responsables en estas cosas.
–En este tema casi no se habló
de la responsabilidad de los políticos en la debacle del sistema
educativo, que históricamente asignaron de manera prebendaria los rubros
docentes y exigiendo a cambio lealtades partidarias.
–Eso es otra cosa que no se le tiene que
acusar al docente. Hay docentes y docentes, eso también es una cosa
real. Hay una fecha allí por 1961 en que fue un gran logro para las
mujeres acceder a su derecho político. En cuanto a los docentes,
quedaron encadenados a los políticos. Y entonces se les empieza a exigir
que estén no solo en concentraciones, sino para las mesas, para
distintos tipos de cosas. También se les obliga a tener afiliación para
poder tener rubros. No es el docente el culpable, son los políticos los
que hacen entrar de manera inadecuada. Hay malos docentes también, pero
esos malos docentes no cumplen con sus obligaciones porque tienen
padrinos.
Hace falta un saneamiento, pero no hay
que mezclar. Acá hay una campaña, no solo en Paraguay, de culpar al
docente. Hay docentes buenos y malos, eso hay que decir, pero no es el
culpable de lo que está sucediendo en este momento.
Los docentes, con las condiciones
precarias que tienen nuestros niños, no van a poder hacer mucho tampoco.
Acá lo que tenemos que hacer es una revisión, no le pidamos a los
parlamentarios que hagan esto si ellos son los que están haciendo las
cosas mal. Seamos nosotros los que forcemos con las distintas escuelas
para que se limpien este tipo de cosas que están funcionando mal.
Pero
separemos las cosas. Una cosa es el manejo prebendario de los políticos
(gobernadores, intendentes, parlamentarios) que afecta a docentes que
entran dentro de esto, pero otra cosa es tocar a los docentes en
general. Aquí se quiere desprestigiar a los docentes para introducir un
sistema de evaluación que tenemos que discutir. A los docentes no hay
que evaluarles solo individualmente, sino como escuela. O sino lo que
vamos a crear es exactamente lo que quieren los empresarios: competencia
entre docentes para adjudicarse en algún momento y tener inclusive
algún tipo de beneficio adicional. Educación es una cosa distinta, no se
puede trabajar con criterio empresarial.
Fuente: http://ea.com.py/melquiades-alonso-en-educacion-no-se-puede-trabajar-con-criterio-empresarial/
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