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Cartes: el Estado para los ricos, el impuesto para los pobres y la clase media



Sostienen el presupuesto anual del país, mientras las medidas económicas y fiscales del gobierno favorecen a empresarios nacionales y extranjeros.

Por Jorge Villalba Dígalo

Durante estos tres años de gobierno, Cartes ha demostrado que no tiene  nada de nuevo rumbo en dos aspectos fundamentales de la administración del Estado: cómo obtener los recursos y cómo se gastan estos recursos.
La era Cartes no es otra cosa que la consolidación de un sistema tributario injusto, que hace que los pobres y la clase media sigan siendo quienes soportan el mayor peso de un Estado que sirve a los intereses de los sectores económicamente hegemónicos.  Es un gobierno que obtiene la mayor cantidad de recursos de los menos favorecidos para ponerlos al servicio de los más favorecidos.

Nuestra sociedad ha tomado conciencia acerca de la importancia que tiene la asignación de los recursos del Estado, y a esta altura del año comienzan los reclamos y las manifestaciones a favor del aumento del gasto social.
Sin embargo, la batalla por mejorar el gasto social es completamente inútil para disminuir las desigualdades si esta no está acompañada de una lucha por la mejora cuantitativa y cualitativa de las recaudaciones. En ese sentido, es estrictamente necesario recaudar más  de los que más tienen. Para posteriormente, a través del presupuesto, hacer efectiva la redistribución a los que menos tienen.

La menor presión tributaria de la región

La batalla planteada hasta ahora,  la de sólo mejorar la calidad del gasto,  para disminuir las desigualdades es inútil por dos razones. Primero porque el Paraguay sigue siendo uno de los países con la menor presión tributaria con apenas 12,5% del PIB, por lo que los recursos con que cuenta el Estado son mínimos. Y en segundo lugar porque la recaudación proviene mayormente de los aportes de la clase de ingresos bajos y medios y así no existe ninguna redistribución posible. Para redistribuir la riqueza hay que recaudar más de los que tienen mayores ingresos para luego redireccionarlos hacia los sectores de menores ingresos.

El Paraguay con la ley 125/91  lo que hizo es poner orden al caos tributario en que vivía el país con un montón de leyes sueltas. Luego hubo otras reformas a esta ley, pero todas han sido básicamente cambios de forma. Nuestro país necesita una reforma tributaria de fondo, en donde los que más tienen contribuyan más

El  IVA aumenta la desigualdad social

Sin embargo, Cartes no tiene agendado nada de esto. Por el contrario, el aumento de la recaudación tributaria en la era Cartes se ha basado fundamentalmente en la expansión de la base contributiva de un impuesto indirecto como es el  Impuesto al Valor Agregado (IVA) que es aportado fundamentalmente por la gente de ingresos bajos y medios.

Además, no hay que perder de vista que el IVA una vez aplicado lo que hace es aumentar las desigualdades  sociales. El IVA impacta más en los ingresos de los sectores de menos recursos. Un pobre gasta todo en consumo y así la totalidad de su renta es alcanzada por el IVA, mientras que un rico gasta solamente una parte de sus ingresos y solamente esa parte es alcanzada por el impuesto.

La función de la política tributaria de un Estado con sensibilidad y responsabilidad social es la de disminuir las desigualdades, pero el principal impuesto recaudador, el IVA,  actúa exactamente al revés, con un impacto relativo mayor en los ingresos de los  sectores menos favorecidos de la sociedad. Otro tanto ocurre con los demás impuestos indirectos, en los que se basa el 76% de la recaudación tributaria.

Consolidación

El gobierno de Horacio Cartes lo que hizo en estos tres años de gobierno es consolidar un sistema tributario que obtiene el grueso de los recursos impositivos de la clase media y baja a través de impuestos indirectosEl año pasado el Estado recaudó en impuestos alrededor de 3.400 millones de dólares de los cuáles solamente el 24% provino de impuestos directos (impuestos a la renta de las empresas y la renta personal y el inmobiliario). El restante 76% de la recaudación provino de impuestos indirectos, también denominados impuestos al consumo porque es el consumidor final  quien soporta la carga.  (Los principales impuestos indirectos son los aranceles aduaneros, el IVA y el impuesto al consumo).
Un total de 8.000 grandes empresarios del sector agropecuario concentran casi el 90% de las tierras agropecuarias y de la renta. Mejorar la distribución del ingreso en el sector rural pasa por la democratización de la tenencia de la tierra, pero la expresión reforma agraria es algo que no existe en el programa ni en el vocabulario del Nuevo Rumbo.

La escandalosa evasión del Iragro que ronda el 83% y el cobro de la tasa de apenas 1% del Inmobiliario sobre el valor fiscal, muy alejado del valor de mercado de los inmuebles,  mantienen la irrisoria contribución fiscal del sector agropecuario. El año pasado la contribución fue apenas 132 millones de dólares que es solamente  el 3,9% de los ingresos tributarios cuando este sector participa en 25% del PIB y  factura 7.500 millones de dólares anuales. El aporte del sector agropecuario sirvió apenas para mantener cuatro días de funcionamiento del Estado.

El año pasado el estado recaudó del sector agropecuario 132 millones de dólares en total, pero el mismo debería contribuir con alrededor de 687 millones de dólares en el caso de que pagara el Inmobiliario sobre el valor real de la tierra y de eliminarse la evasión, por lo que el Estado dejó de percibir alrededor de 555 millones de dólares. Mientras tanto Hacienda alardea de su logro de haber recuperado 20 millones de dólares en el caso que propagandísticamente llama megaevasión y anuncia que controlará a las modelos para que paguen el IVA.

La trampa del IRAGRO


En el caso de los sojeros este es  uno de los que más gana, más evade y menos tributa en un país con una de las menores presiones tributarias del mundo. Además, es un sector que menos empleo genera, arrasa con los bosques, contamina el aire, el agua y la tierra, arrasa con los poblados y las tierras de rubros de consumo disparando el precio de los alimentos y presionando sobre el hambre. Como si todo fuera poco les vendemos gasoil subsidiado para que desarrollen sus actividades en tierras que en su mayor parte son malhabidas.

El presidente Horacio Cartes apenas asumió el cargo en el 2013 y una de sus primeras medidas fue vetar la ley sancionada por el Congreso que preveía gravar las exportaciones de soja hasta en 15% para lo utilizó el pretexto de que con el nuevo Imagro se dispararía la recaudación del impuesto a la renta agropecuaria de 15 millones de dólares anuales  a 250 millones de dólares anuales.

La realidad es que la reforma del impuesto a la renta fue solamente una jugada para trabar el impuesto a la soja.El nuevo Imagro fue consensuado con los grandes evasores, los empresarios de la soja y la ganadería y consistió en aumentar la presión tributaria  solamente sobre medianos y pequeños productores que tienen apenas el 10% delas tierras y del negocio agropecuario. La tasa del 10% para los grandes empresarios que tienen en su poder el 90% de las tierras se dejó intacta.

El resultado de la ley aprobada por los evasores era previsible, derivó en un rotundo fracaso, recaudando apenas el 17% de lo “prometido”, equivalente a unos 43 millones de dólares.

La trampa del inmobiliario

Cartes: el Estado para los ricos, el impuesto para los pobres y la clase media
Otro tanto ha ocurrido con la nueva ley que reforma el Impuesto Inmobiliario. Es otra norma promulgada con la aprobación de los grandes evasores, los grandes empresarios de la soja y la ganadería.  Y lógicamente, apunta al mantenimiento de sus privilegios fiscales. La Unión de Gremios de la Producción exigió públicamente acelerar la promulgación de la ley.

El desfase entre el valor fiscal y real sigue siendo importante y la nueva ley es lo que hizo acortar mínimamente la diferencia. El valor fiscal de las tierras agropecuarias en el mejor de los casos todavíadeben multiplicarse por 11 y en el peor de los casos por 35 para alcanzar los valores de mercado. El ajuste del valor fiscal que entró a regir este año acompañado de una engañosa propaganda del gobierno de Horacio Cartes y los medios de comunicación aseguran así mantener la irrisoria contribución del Inmobiliario rural que el año pasado rondó la irrisoria suma de 10 millones de dólares.

Conclusión

El gobierno de Horacio Cartes no hizo otra cosa que responder a rajatabla a la idea neoliberal de que la presión tributaria debe ser baja y el Estado pequeño.  Después de todo, los ricos no necesitan de las escuelas públicas, van a las escuelas privadas. No necesitan de los hospitales públicos ni del IPS, pueden pagarse un seguro privado. Ni necesitan de viviendas sociales de la Senavitat, pueden comprarse con sus recursos una casa confortable. Es lógico que la clase económicamente dominante defienda el Estado mínimo, porque eso les significa pagar impuestos mínimamente. En el fondo el Nuevo Rumbo lo que hizo es consolidar el estado neoliberal  que defiende los intereses de los ricos  y se solventa con los recursos de la clase media y los pobres.

Fuente:   http://ea.com.py/v2/cartes-el-estado-para-los-ricos-el-impuesto-para-los-pobres-y-la-clase-media/

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